El sector alimentario se clasifica en dos grandes subsectores: industria de la alimentación y fabricación de bebidas.
A su vez, la industria de la alimentación está formada por los siguientes ámbitos de actividad: industria cárnica, elaboración y conservación de pescado, preparación y conservación de frutas y hortalizas, fabricación de aceites y grasas, industria láctea, fabricación de productos de molinería, almidones y productos amiláceos, fabricación de productos para la alimentación animal y fabricación de otros productos alimenticios.
La industria de elaboración de bebidas presenta los siguientes ámbitos de actividad: industria vinícola, industria de elaboración de otras bebidas alcohólicas e industria de bebidas no alcohólicas.
Dentro de la Clasificación Nacional de Actividades Económicas, el sector se corresponde con los epígrafes de actividad 101 a 110, ambos incluidos.
La industria alimentaria está inmersa en un continuo proceso de transformación debido a múltiples factores que pueden condicionar su competitividad: factores sociodemográficos, de consumo, medioambientales, tendencias en nutrición y salud, tendencias normativas y factores tecnológicos, a los que debe añadirse el análisis de la oportunidad que supone para la industria alimentaria el comercio exterior.