null Audiovisual

Descripción

El Sector Audiovisual incluye las siguientes actividades, de acuerdo con la Clasificación Nacional de Actividades Económicas (CNAE):

1. Actividades cinematográficas, de vídeo y de programas de televisión, grabación de sonido y edición musical (CNAE: 59)

  • Actividades cinematográficas, de vídeo y de programas de televisión (CNAE: 591).
  • Actividades de grabación de sonido y edición musical (CNAE: 592)

2. Actividades de programación y emisión de radio y televisión (CNAE: 60)

  • Actividades de radiodifusión (CNAE: 601)
  • Actividades de programación y emisión de televisión (CNAE: 602)

Análisis

Evolución del sector en España

Los datos de Eurostat sitúan el sector audiovisual español como el cuarto de la Unión Europea. Sin embargo, el sector supone aproximadamente un 0,5% del valor añadido total de la economía española y algo menos del 0,2% de los ocupados totales. La influencia de factores estructurales como la digitalización y la aceleración del cambio tecnológico, han provocado notables cambios en el empleo en el sector en España. Algunos de esos cambios pueden ser coyunturales, pero otros parecen estructurales, (similares a los que se están produciendo a nivel europeo) como el aumento del empleo autónomo y la exigencia de mayor flexibilidad y polivalencia, y de competencias transversales, digitales y tecnológicas.


Evolución del sector en Asturias

De acuerdo con los datos del INE-DIRCE de 2019, el sector audiovisual en Asturias estaría integrado por 137 empresas, de las cuales el 80% se dedican a las Actividades cinematográficas, de vídeo y de programas de televisión, grabación de sonido y edición musical, y el 20% a las Actividades de programación y emisión de radio y televisión.

El sector audiovisual asturiano se caracteriza por la predominancia de microempresas y el autoempleo. Casi el 60% de las empresas no tienen asalariados, y el 90,5% tienen 5 ó menos trabajadores, y hay solamente 13 empresas con 6 ó más trabajadores (9,5%), de las cuales solamente una tiene más de cien trabajadores (RTPA). Se trata, por tanto, de un sector muy atomizado, y con una cierta dependencia de la radio televisión pública regional (RTPA), así como de las ayudas y subvenciones públicas.

Tendencias

El análisis de la evolución reciente y de la situación actual del sector revela que se trata de un sector pequeño y muy atomizado, compuesto fundamentalmente por empresas muy pequeñas, muy dependientes de un mercado regional reducido, que no reconoce el valor del sector, con dificultades para acceder a otros mercados que les permitan crecer, lo que hace difícil retener y atraer talento, y las hace vulnerables a los cambios en el entorno.
El grueso de la actividad de las empresas se concentra en Asturias, y es muy dependiente de las compras públicas (RTPA) y de las ayudas y subvenciones. Los instrumentos de apoyo a la producción audiovisual y a la atracción de actividad audiovisual (producciones, rodajes...) son limitados y han sufrido las restricciones presupuestarias. Las limitaciones del mercado dificultan que las empresas consoliden su actividad a medio plazo, y les impide contar con estructuras estables y atraer, cultivar y mantener el talento. La dimensión y el volumen de actividad del sector no son suficientes para absorber a las personas que se gradúan en los centros de formación de la región.
En general, las empresas tienen una escasa capacidad de creación de empleo, en particular de empleo estable, por su débil estructura y por el reducido volumen del mercado, y predomina la contratación temporal para cada proyecto o encargo, a través de contratos mercantiles (autónomos) o por obra o servicio. La inestabilidad en la contratación y la falta de proyectos de cierto tamaño y duración dificultan la especialización de los técnicos, hacen difícil retener el talento en la región, y provocan que los profesionales emigren hacia mercados más dinámicos en busca de estabilidad y mejores condiciones y proyectos.
Las empresas audiovisuales asturianas necesitan mejorar su posición competitiva, nivel tecnológico y capacidad de innovación e intentar acceder a mercados fuera de la región y en el extranjero, creando productos que puedan ser comercializables en otros mercados. Sin embargo, es preciso reconocer que es difícil atraer financiación para proyectos audiovisuales complejos, dado el riesgo que implican (fuerte inversión inicial, largo tiempo para recuperarla) y la falta de dimensión y experiencia de la mayoría de las empresas.
El sector está atravesando un periodo de profundo cambio, tanto en la oferta como en la demanda, con grandes incertidumbres sobre las tendencias que pueden consolidarse. Están cambiando los hábitos de consumo de entretenimiento, nacen nuevos modelos de negocio y nuevos canales de distribución de contenidos, principalmente digitales, que requieren nuevos productos y formatos, y competencias empresariales específicas.
Estos cambios están provocando serias distorsiones en los mercados que, unidos a la situación del mercado regional, dificultan las estrategias empresariales e institucionales y precarizan el empleo y las condiciones de trabajo en el sector. Las estructuras formativas del sector tienen dificultades para adaptarse a las necesidades de generación, retención y atracción de talento, no solo por desajustes en los contenidos y metodologías formativas, sino incluso por cuestiones organizativas y normativas.
Sin embargo, muchas empresas del sector han conseguido resistir a la crisis y han demostrado su talento y capacidad de adaptación. Se observa cierta consolidación del sector, con empresas con vocación de supervivencia que han conseguido mantenerse a pesar de la crisis y de las restricciones presupuestarias. Las empresas que han sobrevivido están lideradas e integradas por profesionales experimentados y apasionados, con interés por permanecer en el sector y con una probada capacidad de producción de alta calidad y a un coste muy competitivo.
El sector cuenta en Asturias con estructuras de apoyo con gran potencial y bien relacionadas con el sector, principalmente el centro de formación profesional del sector, el CISLAN, la televisión autonómica y las asociaciones sectoriales. Como resultado, existe un capital humano con una buena formación, con capacidad técnica y polivalencia, que se adapta a las necesidades de los clientes.
El sector puede aprovechar que la demanda de servicios audiovisuales tiende a crecer, tanto por factores coyunturales, por la mejora de la situación económica, como estructurales, por el progresivo aumento de la demanda de productos audiovisuales y digitales, impulsada por los cambios en los hábitos de consumo de entretenimiento y los nuevos servicios multiplataforma, interactivos y transmedia. Las empresas más innovadoras, que se especialicen y se incorporen a la creciente digitalización, pueden aprovechar para incrementar actividad y generar empleo, que tendrá que adaptarse a las características del sector, sobre todo si se consigue que mejore el funcionamiento de los instrumentos de apoyo.
La mejora de estos instrumentos -ya sea a través de la demanda y de la producción propia de la televisión autonómica, o de instrumentos que atraigan producciones a Asturias o faciliten el acceso a la financiación de producciones regionales- es clave para el despegue del sector. Los sistemas de formación deben adaptarse a las necesidades y características de las empresas del sector: cursos a medida, de corta duración, complementarios a los certificados de profesionalidad, en colaboración con las empresas y sus asociaciones.

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